Japón es el país donde parece que sólo existan dos tipos de té: el sencha y el matcha. 

El matcha se ha hecho muy famoso entre la población europea, y es que no hacemos más que verlo en las cafeterías de especialidad y en todos los restaurantes de moda de nuestras ciudades. Pero Japón es mucho más que eso: infinidad de matchas, tanto de calidades como de terroirs e infinidad de tipos de sencha, por cultivo, por procesamiento, por origen... Toda una maravilla para afinar los sentidos. 

Cierto es que más 90% de los tés que se producen en Japón son tés verdes, pero hay tés negros, oolong y fermentados maravillosos. Además de los geniales tés tostados que a todo el mundo gustan.  

UN POCO DE HISTORIA.

Japón es uno de los primeros países donde cultivar té. En el siglo VII, los  eruditos budistas descubrieron el té mientras estudiaban en China, lo llevaron a Japón y comenzó su cultivo primero con objetivos medicinales y luego fue incrementando su consumo por sus consumo espiritual y ceremonial. 

Hoy en día, el té, es un alimento básico para toda la nación.

La mayor región productora es Shizuoka. Las plantaciones están relativamente cerca del mar, la brisa hace que el té japonés sea tan diferencial por sus aromas frescos, salados y yodados.

Para el procesamiento y recolección del té han creado una altísima tecnología que simula y en algún caso mejora a los antiguos procedimientos de cosecha y producción del té.