Ser embajadora y testadora de TESUKO es un honor, pero primero de todo una suerte enorme. Soy consumidora de té y trabajo a diario con aromas, notas, esencias y perfumes y como la filosofía de TESUKO, soy poco ortodoxa en mis procesos y me puede el disfrute y la intuición muchísimo más que los tratados o las tradiciones, que aunque también me gustan, no son ni mucho menos mi mapa de ruta.